Para empezar nos preguntaremos ¿Que es la ira?

La ira se genera cuando tenemos la sensación de haber sido perjudicados o tratados de manera injusta (engañados, manipulados, traicionados, heridos…). También sentimos ira cuando un obstáculo se interpone entre nosotros y nuestros objetivos.

Por lo tanto, esta emoción nos avisa de que algo debe cambiar o nos motiva a detener aquello que nos causa malestar. También disminuye el miedo y aporta la energía necesaria para actuar. Sin embargo, a veces se trata de una emoción potencialmente peligrosa porque nos impide pensar con claridad y hace que actuemos de manera hostil y agresiva.

Ahora ¿Como manejar nuestra ira?

• No debemos dejar que se acumule lo que nos molesta sin expresarlo y sin pedir cambios.

• El afrontamiento de la ira debe ir en la dirección de ver las cosas de forma diferente. Adoptar el punto de vista del otro hará que lo comprendamos mejor y nos enfademos menos.

• No responder de la misma manera ya que la ira provoca más ira y cierra las posibilidades de comunicación. En cuanto notemos las primeras señales de que podemos perder el control lo mejor será apartarnos de quien nos está enfadando.

• No darle vueltas y vueltas a lo que nos causa rabia porque nuestra ira crecerá.

• Hay que tener mucho cuidado con el maltrato psicológico o físico, las humillaciones, los insultos… ¡Las consecuencias son muy graves!

• Debemos resolver los problemas cuando estemos tranquilos y también esté tranquilo el otro, así será posible evitar la violencia.

• Piensa que si pierdes el control, después te arrepentirás y te sentirás culpable.